En La caverna deportiva nos hemos tomado una pausa hasta mediados de junio. Sin embargo, no podemos dejar pasar todas las tonterías que están escribiendo y diciendo estos días (especialmente la basura que están lanzando sobre el relevo de Pep Guardiola).
Tampoco nos olvidamos que en septiembre hablaban de una Liga devaluada, sin interés y hoy escriben en portada que se trata de “la Liga más difícil”.
Una Liga que Alfredo Relaño nos aseguró que estaba amañada por el Villarato, pero que él y su tropa celebran hoy como si fuera la primera.
Otro año más, nos quedamos sin ver las dos manitas que el mayor bufón de la caverna nos prometió en abril de 2011, por culpa de Sergio de Ramos y de alguien al que intentan coronar con el Balón de oro, pero unos meses atrás era “un falso grande”.
Sin embargo, lo que más pena nos da es algo que hemos anticipado en algún post: el título que vendió la caverna mediática como el más importante de la temporada pasada, parece ser que este año no tiene el mismo valor. Da igual que se enfrenten los dos equipos que más veces lo han conseguido, da igual que lo disputen los dos clubes más antiguos de Primera, da igual que a priori sea una final muy bonita con dos conjuntos que juegan a fútbol, da igual que además tenga el aliciente de ser la misma final de hace tres años, da igual que sea el último partido la temporada, da igual, da igual…
No era difícil adivinar que, estos días y después de la final, se iba a hablar más del himno que del partido en sí. El guión mesetero está ya escrito, así que suerte a los dos equipos que tienen la oportunidad de escribir otra página de oro en su historia, aunque le pese a la Brunete mediática.
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